¿Por qué se pudre la papa? Reblandecida y pegada a la arpillera, apesta. Al final de la bolsa quedan los gusanos. Al final del cajón. Al final de todo. Un gusano al final de la papa. ¿Y por qué si la papa era buena hay un gusano al final? Papas y papas apiladas, pilas de pilas podridas en un patio gris. ¿Por qué se pudre una familia al final? Una familia esperando que la ilusión cambie su destino, que las papas lleguen y no se pudran, que la inundación que dejaron atrás no llegue. ¿Y si ya llegó? ¿Y si en realidad la podredumbre ya está dentro de ellos? Esperar que llegue su ilusión en forma de papa. Esperar que algo cambie. El problema es esperar. Mientras tanto, los gusanos en la papa y la pena a cuestas. Panzas en pena embarazadas de tristeza. ¿Y si la tristeza se les queda para siempre dentro de la panza? Entonces las mujeres no llorarían. ¿Cómo distinguir el llanto cuando se vive entre capas y capas de cebolla? Apiladas como cajas, las vidas se espantan de tanto esperar.

Sobre la puesta en escena

Esta nueva propuesta de El Muererío Teatro toma el mundo de un local de hortalizas para construir una metáfora teatral sobre la decadencia. Un relato particular que intenta dar cuenta de nuestro apego, como sociedad, a ilusiones falsas y a los posteriores desencantos de esas construcciones imaginarias. La pieza se apoya, desde el tratamiento de sus distintos planos dramatúrgicos, en los conceptos de “podredumbre” y de “bolsa de papa”.

Espectáculo presentado en el Estudio del Muererío de la ciudad de Buenos Aires y en Paso de los Libres, prov. de Corrientes.