El Muererío Teatro es un proceso en el tiempo. Una sucesión de hechos y acciones que construyen la dirección de un camino.
Buscamos convertir el azar en una lógica propia.
Buscamos, por sobre todas las cosas, una técnica de la atención, un estado de alerta que nos permita captar de la experiencia, los elementos (ideas, formas y contenidos) que nos nombran.
Intentamos un equilibrio entre la acción conducida y el devenir.
Construimos sobre las ruinas que nosotros mismos vamos demoliendo.
El arte es una totalidad intensiva. Nuestro campo: arco-teatro de la sensación que apunta su flecha al centro. La talla de la flecha es nuestro modelo actoral; la tensión de la cuerda del arco es nuestro modelo espectacular; la postura del arquero es nuestro modelo ético. Nuestra voluntad es impulsada por la idea de que llegar a una realidad perfecta de estas figuras requiere una particular fe en el tiempo.
Esa creencia en el tiempo es lo que nos construye.